sábado, 29 de marzo de 2014

La Rubiera

faena de arreo en las riveras de Arauca

LA RUBIERA: EL HATO MÁS GRANDE DE VENEZUELA,
SE FUNDÓ SOBRE LA SUPERSTICIÓN
Horacio cabrera Sifontes relata en un libro el secreto de la fantástica riqueza de esta finca guariqueña cuyos linderos llegaban hasta el Golfo Triste
El secreto de la fantástica riqueza del Hato “La Rubiera” cuyos linderos iban desde el Guarico hasta el Golfo Triste y que respetaban cuatreros y vecinos, es relatado por Horacio Cabrera Sifontes en un libro de reciente aparición editado en España.
El ganadero Cabreras Sifontes que antes fue Gobernador de este Estado y Senador de la República ha escrito dos libros anteriores: “Caramacate” que es un relato sobre la selva guayanesa y “Guayana Esequiba” publicado hace 3 años.
El Hato “La Rubiera” que tiene 180 leguas cuadradas de sabana y que data desde la época de la Colonia, fue extraordinariamente poderoso y rico y se fundó y consolidó su importancia sobre la superstición, la ignorancia y credibilidad del llanero, según relata en buena prosa y con una técnica de novela bien lograda el ganadero Horacio Cabrera Sifontes.
El contenido del libro está basado en hechos reales y personajes y ambientes se combinan y entrelazan con episodios llaneros  de la guerra de independencia y con las costumbres, creencias y tradiciones de nuestro pueblo, fundamentalmente del pueblo del llano venezolano.
El relato comienza con la llegada a Venezuela de Don Sebastián Sánchez, procedente de las aldeas de Mier y Terán, aldeas de Oviedo de Santander y que se vino a Venezuela para poner a prueba su ambición de crear bienes de fortuna.
Don Sebastián Sánchez llega a Venezuela en tiempo de la Colonia y se            deslumbra con la potencial riqueza del llano y descubre en el medio y en su gente los ingredientes fuertes de su ambición. La superstición, la ignorancia y la credulidad del llanero le resultaron acicate y factor explotable al mismo tiempo para lograr todo lo que  en                aquella época de transición de la Colonia a la Independencia significó el hato guariqueño “La Rubiera”.
  Aquel hombre de pelo rubio, inteligente, decidido y de una fortaleza ejemplar llamado Don Sebastián Sánchez  devora leguas de sabanas en un curso de exploración junto con su inseparable esclavo Bautista nacido en Calabozo. En Guariquito siembra una Cruz de  Araguaney que cortó con el hacha de un fugitivo asesino de nombre Torcuato Ramos que merodeaba por el lugar y que luego, gracias a su fama de guapo, llego a ser campo volante del hato. Torcuato era un supersticioso empedernido  y cuentan que cuando mató a su enemigo desafió la ira del pueblo para pasarle por encima a su victima rezando la Oración de San Cipriano porque entonces era dicho y admitido en el Llano que quien así lo hiciese no era alcanzado por la mano de la Justicia.
Sin embargo, el pueblo sabía la contra de esta práctica que consistía enterrar al muerto boca abajo. Así y todo Torcuato Ramos nunca pagó delito porque estaba bien protegido por el prestigio y la influencia del hato y su dueño.
Dice Cabrera Sifontes que “La Rubiera” llegó a ser el Hato más grande de toda Venezuela, integrado a través de grandes litigios y reclamaciones. Llego a tener 180 leguas cuadradas de sabana, empezando en el Morichal de Herrera y terminando sobre el Apurito en Macanillal y en Arauca, con dominio sobre la zona del Golfo Triste, desde la desembocadura del Aguaro en Apurito a la Punta de Manapire. Además, Cara, en la isla de Apurito, comprada estas últimas por el Dr. Francisco Mier y Terán a Luis Rivero en 1886.
El nombre “La Rubiera” es originalmente llanero y deriva de la característica étnica de Don Sebastián que tenia el pelo rubio. Cuando plantó en Cruz el primer hito del Hato los llaneros le decían “La Cruz del Rubio” y así más luego se denomino el Hato hasta quedar simplificado en “La Rubiera”. El llanero también sustituyó el apellido de Sánchez Valdez por el de “Los Rubios” que desapareció con la muerte de Francisco Mier y Terán, abogado en 1914, año en que el gran fundo con oleadas de ganado y una fauna bella y silvestre fue vendido a Juan Vicente Gómez a cuya muerte en 1935, La Rubiera pasó a Venezuela como Bienes Restituidos.
La leyenda sobre la fundación del fundo aún vive en la memoria del llano y dice Cabrera Sifontes que ahora tiene esta forma clásica y ordenada: “Cuando el Rubio fue a fundar La Rubiera, después de haber llevado a efecto los actos solemnes de la toma de posesión tocando las cajas de guerras y blandiendo la espada a los cuatro vientos en desafío a quien osara cuestionar los derechos de su Majestad sobre el terreno adjudicado, enterró en la mata de San Juan a un negro y a una negra bien culona y tetona. Luego enterró una vaca y un toro, una yegua y un caballo, un cochino y una cochina, todos negros, sin un pelo blanco, para que fructificara eternamente y para que su color, símbolo de la oscuridad, hiciera invisible la hacienda y su fauna a los elementos destructores”.  

12 comentarios:

  1. Hola buenas noches me gustaria saber mas sobre la genealogía de los bisabuelos de mi madre los MIER y TERAN mucho agradecería la información que me pudiese suministrar. Favor Comuniquese al 04124666296 ing.yaurycordero@gmail.com

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  2. Hola buenas noches me gustaría saber mas sobre la genealogía de los bisabuelos de mi madre los MIER y TERAN mucho agradecería la información que me pudiese suministrar. Favor Comuníquese al 04124666296 ing.yaurycordero@gmail.com

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  3. Muy interesante lo.que acabo de leer sobre el hato la Rubiera Gracias x tan bellas vivencias llaneras

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  4. Por esos caminos hay que poner a Dios por delante son riesgosos

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  5. Tuve la dicha y fortuna de leer el libro "LA RUBIERA" allá en Venezuela, fue por los años 80. No lo he podido encontrar en Argentina. Quisiera volverlo a leer. Quizás me puedan orientar como conseguirlo.

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  6. Mi abuelo Benigno Delgado Rubio era sobrino del "catire Rubio", dueño del Hato La Rubiera. Oriundos de Tenerife España, llegaron a Venezuela. Eran tres hermanos. Dos hombres y una mujer, mi bisabuela María Antonia Rubio. Uno de los hermanos se asentó en Altagracia de Orituco dónde se dedicó a la ganadería, el otro se radicó en Calabozo. Este último sería el dueño del Hato La Rubiera. No tuvo descendientes, por lo que al fallecer el Hato pasa a su único sobrino heredero, pero mi abuelo rechazó esa herencia por superstición.

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  7. Hola cómo están, interesante relato, quisiera me ayudarán a conseguir ese libro La Tuviera, no lo encuentro, ni usado, avisen por cum.gomez59@gmail.com, muchas gracias

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  8. saludos amigo donde puedo conseguir el libro de la rubiera

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  9. Buenas tardes, agradecería al autor d éste interesante artículo si tiene información d donde se pueda conseguir el libro "La Rubiera",lo he buscado en varias librerías d Ccas sin éxito.

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  10. Mis saludos y respeto Sr Fernández,m podrá ud informar si en Ciudad Bolívar se consigue ésa obra d Cabrera Sifontes?,estoy realmente interesado en ella, leí otra dl autor,ya hace tiempo,"Relato d un velorio sin difunto" (creo q es el título,corrijame si m equivoco), también lo quisiera,d ser posible, hágame saber si hay posibilidad d adquirirlos.Gracias.

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  11. Podrá ud Sr Fernández darme su número d contacto?,al 04140527311, Gracias.

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  12. Buenas noches quisiera encontrar información acerca de cómo conseguir el libro de la rubiera

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