HORACIO CABRERA SIFONTE UN GRAN MATAOR DE TIGRES
Bajo la mira de su Winchester
calibre 44 han caído unos cientos en Encontrados Montes de Nuria y Hato La
Vergareña.
Aquí en esta ciudad hay un
hombre que sabe de tigres: don Horacio Cabrera Sifontes, quien se ha enfrentado
a un centenar, entre ellos, el Tigre del Madre Viejo, azote de la hacienda
Buena Esperanza, del coronel Eloy Montenegro, al sur del Lago de Maracaibo.
En un libro con este título, de
Ediciones Centauro el otrora gobernador de Bolívar recoge sus aventuras
cinegéticas especializadas en la cacería de tigres. Cacería que según nos
informó, practicó más por la necesidad de proteger los rebaños que por afición
o fobia contra este hermoso miembro de la familia de los félidos.
El Tigre del Madre Viejo era
famoso no sólo porque devoraba reses y cochinos casi a diario, sino porque
ningún cazador lo había podido pescar con el Winchester calibre 44 o la
escopeta Browning de cinco tiros. Sobre el más temible y feroz de los mamíferos
carniceros caía la superstición de que era un “Tigre de palenque” que en
lenguaje llanero significa que no lo pica ni mosquito porque está poseído del
demonio o de alguna alma de pena.
Por aquellos lugares cenagosos y
tigrosos de Encontrados, los cazadores más tigreros le tenían miedo, pues ni
bala mordida en cruz traspasaba al animal. Horacio Cabrera acabó con ese mito
un día en que el Tigre del Madre Viejo liquidó al más berraco de los cochinos
del lugar. Un cochino fiero de raza que tenía colmillos largos, agudos y
filosos. En la aventura tigrera sólo un peón llamado Trinidad Garrido, después
de mucho pensarlo, armado de un par de escapularios y una trailla de perros
cazadores, se decidió a acompañarlo, pero más fue lo que rezó que lo que hizo.
El Tigre come por lo ligero, es verdad,
pero lo hace cerciorándose antes de que no ronda nadie por su medio. Tiene
buena vista y buen olfato. Es muy precauteloso el Tigre y se cuida por instinto
de su mayor enemigo que es el hombre. A este lo reconoce en la oscuridad más
densa, pues en los días sin luz es cuando de veras se le aviva y aguza el
sentido de la vista. Por eso se dice que donde hay indios no hay cacería y
menos de tigre. El indio es codicioso hasta con las alimañas y cuando el felino
lo percibe se aleja. Pero cuando el tigre siente en carne viva la agresión del
hombre, entonces es cuando es tigre, se le enfrenta aculándose en el monte
intricado y sucio. Es allí donde es fuerte, no encaramado como se dice. Y en el
jajuillal intrincado va el hombre a buscarlo y allí lo espera el felino como
ocurrió con Rafael y Prudencio Bezara allá en su hato Santa Rita de Apure. A
estos corpulentos y bien formados llaneros, veteranos como el más, por poco se
los come el tigre. El feroz animal con 27 heridas en el cuerpo y acosado sin
cesar por una jauría batalló durante horas hasta que un tiro en el pie de la
oreja lo dejó sin vida. Pero uno de los hermanos Bezara – Prudencio – hubo que practicarle unas cuantas cirugía y
pasó más tiempo convaleciendo de sus heridas que Clarín, perro criollo parecido
a un “Walker Hound” que don Horacio compró por 70 bolívares a Luis Tirado,
hábil cazador de Petare. Clarín quedó malogrado tras enfrentar solo al Tigre de
Caño Mocho en una hacienda zuliana. Para Cabrera Sifontes, Clarín era un perro
raro, especie de filósofo estoico al cual parecía agradarle las limitaciones y
el sufrimiento. El noble Clarín terminó sus día con la aorta partida por un
tigre cebado en la hacienda “El Calvario”del médico zuliano Daniel Vargas.
Pero donde si realmente hay
tigres y leones barretados como arroz es en las sabanas de Corumo y en las
montañas de Nuria a 40 kilómetros de Tumeremo. Allí cerca de la hacienda “Las
Nieves” antiguo ingenio azucarero y hato ganadero, propiedad de Valentín
Cabrera Mayer, padre de nuestro entrevistado, existe abundante fauna, pero más
tigres, leones, venados lochos, chigüires, Chacharos, váquiros y cachicamos que
otra cosa. Cuenta don Horacio que en los primeros ocho meses de haber empezado
a criarse ganado en El
Corumo se mataron 48 tigres y 13 leones. Luego el promedio bajó a unos 15
tigres por año.
- ¿Por qué los mataban así tan ferozmente y en
esa proporción?
- Porque es un predador terrible.
- ¿Más que el hombre?
- No tanto, pero había que hacerlo para
proteger la ganadería.
- ¿Y dio resultado?
- En 20 años matamos más de 300 tigres.
- ¿Exterminaron a los tigres?
- No, esa zona es muy extensa, se extiende
hasta los confines de Guyana. Existe allí una fauna realmente abundante.
- ¿Pero han sobrevivido los hatos?
- No, ya no. Gómez mandó a prenderle fuego
porque aseguraba que Papá estaba apoyando al Mocho Hernández. Nos ve que por
allí cerca está calceta de “Las Chicharras” donde tuvo lugar escaramuza el
General Marcelino Torres que comandaba las tropas del Gobierno y los grupos
revolucionarios de los generales Angelito Lanza, Rafael Tovar García y el Conde
Cattaneo, quienes esperaban un parque que de contrabando traía por la Guayana
inglesa el Mocho Hernández, para el llamado “Movimiento Nacionalista” de 1914.
- ¿En cierto modo le hicieron un favor al
Tigre?
- Y un gran mal al estómago de mucha gente.
-
Gómez, al fin, era conservacionista ¿No cree?
- Sí, esa era su obsesión, conservarse en el
Poder.
- Gómez, hasta cierto punto era un tigre
- Era tímido, solidario y silencioso como un jaguar.
- ¿Cómo un jaguar?
- Sí, el jaguar es el mismo tigre americano.
- ¿En qué se distingue?
- En que tienen un punto en el centro de la
mariposa.
- ¿La mariposa?
- Las manchas negras del tigre tienen formas
de mariposa, muy bellas y desiguales. El Tigre de Bengala, por ejemplo, tiene
franjas negras.
- ¿Es cierto que hay tigres negros?
- Sí, como no, yo los he visto. Una vez maté
uno y le regalé el cuero a mi amigo Gustavo Ramella Vegas
- ¿El piloto desaparecido?
- El mismo que se lo pasaba cazando por el
Apure.
- ¿Ese tigre negro es él que llaman Pantera?
- Lo confunden con la Pantera, pero en América
no hay panteras. Los tigres negros los son por degeneración de la melanina.
- ¿Y el Tigre Serrano?
- Lo llaman así porque habita en las Sierras,
pero no tiene como tigre nada en particular, ni siquiera la “pinta menudita” a
que se refiere la copia: “Yo soy el Tigre Serrano / de la pinta menudita / Mi
primera cacería / fue una muchacha bonita”.
- ¿No salta y atrapa desde las ramas como el
Tigre de Malasia?
- Ese es
un cuento de película mal contado. Hay un adagio llanero que dice: “El gato le enseñó todo al
tigre, menos a bajarse del árbol”. Un tigre encaramado está rendido y matarlo
es como matar a una gallina. El tigre realmente es peligroso en monte
intrincado y sucio, sobre todo, cuando está herido. Todo animal herido ataca,
el zorro, el venado, así sea una gallina clueca. El tigre trata de asegurar con
las uñas para matar con los dientes. Si un tigre se resuelve entrarle de frente
a un hombre, se para en dos patas y busca a morderle la cabeza como hace con
los animales que mata. Instintivamente conoce todos los centros vitales. Cuida
sus garras para poder desplazarse, afincarse bien y poder forzar su boca hacia
el máximo de sus fuerzas. Es un error creer que el tigre de manotadas mortales.
- He
oído decir que el Tigre le tiene miedo al hombre ¿Es cierto?
- El
tigre es huidizo, puede estarle atendiendo a diez perros tratando de matarlos,
pero cuando se da cuenta que hay un hombre en las cercanías, salta por encima
de los perros y huye despavorido. Conserva en la huida una sola dirección,
siempre sabe a donde va huyendo: cueva, ciénago, grandes piedras o lugares
intrincados abundosos en linas, jajuillas, bejucos y árboles de Copei.
- ¿De
Copei, dijo?
- ¿Tú
nos has visto el árbol de copei...?
- Ahí,
chico, el árbol de Copei es un árbol muy peculiar. Parece que naciera en el
aire, naturalmente que nace en la tierra, lo que pasa es que bota raíces
laterales y forma un enredo tal que los animales se meten y esconden dentro de
ese raicero de copei.
- ¿Por
qué le dicen copei?
- No se,
chico, ese es un nombre indígena. La hoja es muy peculiar, parece una pera,
tiene la forma de una pera y es pulposa, con un jugo lechoso. Se parece más
bien a una cebolla.
- ¿Se
enfrentó algunas vez a un tigre escondido en Copei?
- Es
difícil, hay que echarle los perros para obligarlo a salir.
- ¿Cuál
de los tigres es el más duro, el serrano, el de Palenque o el cinqueño?
- Todos
los tigres son iguales de temibles y feroces y el tigre “cinqueño” del que se
habla no existe. El tigre cinqueño es el hombre.
- ¿El
hombre?
- Cuando
en el campo desaparece un animal doméstico, generalmente un caballo, una res o
un cochino, suelen echarle la culpa al Tigre. Buscan los rastros y encuentran
plantas con cinco dedos. Entonces el llanero o campesino balbucea irónicamente:
“un tigre cinqueño”. El único animal que tiene cinco dedos es el hombre.
-
¿Entonces Eduardo Fernández es algo así como un tigre cinqueño?
-
Horacio se echa a reír. Luego viene la pregunta de rigor:
- ¿Qué
opina usted de la connotación política “El Tigre” con la cual se quiere
popularizar la candidatura de Eduardo Fernández?
- Tal
vez siguiendo la suerte de José Luis Rodríguez que se popularizó con el nombre
de “El Puma”. El Tigre ha sido siempre un símbolo de vigor y fuerza. Por allí
debe andar la cosa. No creo que sea por ferocidad, sería ingenuo pensar que es
por eso.
- ¿Usted
como que jala para Copei?
- Yo
nunca e limitado en partidos. En mis años mozos fui revolucionario, exiliado y
preso en la Rotunda. Estuve aproximado al PND y a URD, pero eso se acabó desde
hace tiempo. Ahora veo los tigres desde lejos.
Donde pouedo conseguir una copia de su libro Gran mataor de tigres?????
ResponderEliminarBuenas tardes , hace tiempo busco el libro " el tigre de madre- viejo " habra podibilidad de conseguirlo aunque sea en pdf ?
ResponderEliminarMi madre tenía ese libro, se lo regaló una mujer argentina. No sé si aún lo conserva
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